Crucero por el Mediterráneo de Estambul a Atenas

El estrecho de los Dardanelos, un paso marítimo de vital importancia que se extiende a lo largo de 61 kilómetros, conecta las aguas del mar Egeo con el mar de Mármara. Este angosto corredor natural no solo separa Europa de Asia, sino que también juega un papel esencial en la navegación marítima entre el Mediterráneo y el mar Negro. Mientras navegas por sus aguas, déjate maravillar por los paisajes de suaves colinas y extensos olivares que decoran sus orillas.

Llegada: mediodía
Salida: tarde
Situada frente a la costa de la antigua ciudad de Troya, Bozcaada es una encantadora isla rodeada de aguas cristalinas. Junto con Gökçeada, es una de las pocas islas turcas en el mar Egeo. Antiguamente parte de Grecia, la isla conserva su herencia griega, visible en sus calles adoquinadas y en las tradicionales casas encaladas con contraventanas azules. Bozcaada es famosa por sus viñedos, imponentes acantilados, playas de arena dorada y calas escondidas con aguas transparentes, lo que la convierte en un destino pintoresco ideal para el relax y la exploración.

Llegada: mediodía
Salida: tarde
Patmos tiene un profundo significado bíblico. Se cree que fue aquí donde San Juan escribió el Libro del Apocalipsis. Descubre la tranquila Cueva del Apocalipsis y el majestuoso Monasterio de San Juan en lo alto de una colina, ambos reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Más allá de su rica herencia espiritual, Patmos cautiva a los visitantes con su pintoresca costa, donde las aguas cristalinas de Kambos y Lampi ofrecen lugares idílicos para nadar y relajarse.

Llegada: mañana
Salida: tarde
Symi es una isla impresionante del Dodecaneso, conocida por su belleza natural y su vibrante encanto. Cipreses y olivares rodean la pintoresca capital de la isla. En Gialos, el animado puerto acoge elegantes casas con fachadas multicolores, ofreciendo una cálida y encantadora bienvenida. Sube los 500 escalones de la Kali Strata hasta la parte alta del pueblo y disfruta de unas vistas panorámicas del mar turquesa y de la costa escarpada.

Llegada: mañana
Salida: tarde
La encantadora isla de Amorgos, la más oriental de las Cícladas, es un paraíso de belleza agreste. Sus aguas cristalinas y sus encantadores pueblos encalados han inspirado tanto a cineastas como a viajeros. No te pierdas Chora, un pueblo típico de las Cícladas con calles adoquinadas, iglesias bizantinas y patios llenos de flores. La atmósfera serena de esta isla atemporal te cautivará.

Al caer la tarde, navega hacia la impresionante caldera de Santorini, moldeada por antiguas erupciones volcánicas. Admira los imponentes acantilados y los tradicionales pueblos que se alzan sobre las relucientes aguas del Egeo, ofreciendo una transición inolvidable de la tierra al mar.

Llegada: mañana
Salida: tarde
Paros, una isla famosa por su reluciente mármol blanco, es una auténtica joya de las Cícladas. En su capital, Parikia, pasea por encantadoras calles adornadas con iglesias bizantinas y edificios neoclásicos. Muy cerca, el pintoresco pueblo pesquero de Naoussa te espera con su apacible bahía y sus irresistibles aguas turquesas, creando un entorno verdaderamente idílico.

Llegada: mañana
Salida: tarde

Milos, una joya de las Cícladas, es conocida por sus impresionantes formaciones geológicas y su fascinante historia. Esta isla volcánica despliega una paleta de vibrantes colores en sus acantilados y calas escondidas de aguas esmeralda. El encantador pueblo pesquero de Adamas da la bienvenida a los visitantes con sus puertas de colores vivos y su ambiente relajado. Un paseo por las costas de la isla revela algunas de las playas más espectaculares de Grecia.

Llegada: mañana
Salida: tarde
Hidra es una isla única del golfo Sarónico, conocida por su encanto atemporal y sus calles libres de coches. La ciudad portuaria, situada en una empinada ladera, está adornada con imponentes mansiones de piedra y coloridos barcos de pesca. Visita el Museo de los Archivos Históricos o pasea por los muelles para disfrutar de la relajada atmósfera de la isla. La belleza de Hidra reside en su simplicidad.