Egina, una encantadora isla a un paso de Atenas
Ubicada en el golfo Sarónico, Egina está a solo 40 minutos en ferry desde El Pireo, lo que la convierte en una de las islas más cercanas a Atenas. A pesar de su proximidad a la bulliciosa capital, Egina ofrece una escapada serena que rivaliza con el encanto de islas griegas más distantes. La isla es conocida por sus pintorescas bahías, tesoros históricos y el célebre cultivo de pistachos, que cuentan con denominación de origen protegida (DOP).
Descubriendo los tesoros de Egina
El paisaje de Egina es un mosaico de antigüedad y encanto atemporal. En su corazón se encuentra el antiguo Templo de Afea, un impresionante santuario situado en lo alto de una colina, uno de los mejor conservados de Grecia. Este asombroso monumento forma parte de un triángulo sagrado con el Templo de Poseidón en Sunión y el Partenón, simbolizando las conexiones históricas y espirituales entre estos sitios. El casco antiguo de Egina irradia una atmósfera nostálgica, con edificios neoclásicos y coloridos barcos de pesca que también sirven como tiendas flotantes de verduras. Un paseo por las calles sombreadas del pueblo lo llevará a mercados de pescado animados y tabernas acogedoras donde el marisco es de lo más fresco.
Los mitos y leyendas de Egina
Las raíces de Egina se hunden profundamente en la mitología griega. La isla toma su nombre de Egina, una figura de la antigua mitología que fue amada por Zeus y se convirtió en la madre de Éaco, el legendario rey de la isla. Éaco fue más tarde venerado como uno de los jueces de los muertos en el inframundo. Este mito, narrado por fuentes antiguas como Apolodoro y Pausanias, añade un aire de misterio y grandeza a su exploración de Egina.
Experiencias únicas en Egina
Para vislumbrar el lado espiritual de la isla, visite el imponente Monasterio de Agios Nektarios, dedicado al primer santo moderno de Grecia. Peregrinos de todo el mundo vienen aquí a honrar su legado y visitar su tumba, que se cree que tiene poderes curativos.
Otro tesoro es el sitio arqueológico de Kolona, hogar de los restos de uno de los asentamientos más antiguos de Grecia. La icónica columna solitaria, que una vez perteneció a un templo dedicado a Apolo, ha resistido el paso del tiempo como un faro para los marineros en el mundo antiguo.